1 de marzo de 2009

Presentación del libro “Las claves de AMLO”, Palacio de Minería.
Domingo, 1º de marzo de 2009.

Dentro de las actividades de la Feria del Libro, en el Palacio de Minería, fue presentado el trabajo escrito por Martí Batres Guadarrama, Las Claves de AMLO, donde el autor analiza y explica con precisión argumental los motivos por los cuales Andrés Manuel López Obrador logra una conexión especial con cientos y miles de ciudadanos que ven en él una verdadera alternativa de cambio para este país.

La presentación estuvo a cargo de los doctores Luis Javier Garrido y Enrique Dussel. A continuación, sus palabras:

Doctor Luis Javier Garrido. …quienes no condujeron al establecimiento de un régimen democrático en México, sino una nueva forma de capitalismo mucho más despótica, que influye en la decisión del Estado posrevolucionario.

Las consecuencias de este proceso regresivo están a la vista. nos ha llegado, desgraciadamente, al poder a un grupo oligárquico que se va haciendo cómplice cada vez de manera más abierta de los recursos estratégicos de México para entregarlas a las corporaciones transnacionales, a un mayor empobrecimiento de la mayoría de los mexicanos y a la sesión en las decisiones fundamentales de un gobierno democrático al gobierno de Washington, a los organismos financieros internacionales y a las propias empresas multinacionales y que encabezan plena y formalmente un gobierno ilegítimo que se impuso al país en el 2006.

A lo largo de este proceso regresivo que duró poco más de 25 años, se ha ido consolidando en México, tanto un movimiento de resistencia social --que llama poderosamente la atención desde el exterior-- como de un dirigente político que tiene un respaldo social sin precedentes en la historia mexicana en el último cuarto de siglo: Andrés Manuel López Obrador.

Este dirigente constituye hoy la más sensible alternativa para el país, para salir de esta crisis económica, social, moral y política, y para retomar el sendero de la edificación de un México soberano, justo e independiente.

El libro, pues, que hoy se presenta editado por Debate y escrito por Martí Batres, joven político e intelectual mexicano, constituye una aportación significativa a la comprensión de lo que ha sucedido en este último cuarto de siglo en México y a la reflexión sobre el futuro inmediato. Es pues, un libro que constituye en sí, una reflexión y plan de lucha que debería tener, a mi juicio, la mayor de las repercuciones; plantea muchas de las cuestiones centrales del debate hoy día.

Este texto de Martí reconstruye por un lado la historia política y electoral de las fuerzas de la Izquierda mexicana, marcadas como un proceso que pasó por la transición del Partido Comunista Mexicano en 1978, y los procesos de fusión de diversas organizaciones sociales partidistas que condujeron a la constitución del PSUM en 1982; el PPS en 1987 y el PRD en 1989, pasando por el fraude electoral del 88.

Martí Batres, apoyado en las cifras, se interroga sobre el hecho de que la izquierda electoral en México no lograra dar un salto cuantitativo y cualitativo hacia delante, sino hasta la llegada en la escena política del país de Andrés Manuel López Obrador.

En una segunda parte de su texto, Martí nos describe de manera puntual y reflexiva la trayectoria de López Obrador desde los años en que fungía como director del Centro Coordinador Indigenista en Tabasco 1977-1982, como fugaz presidente del PRI estatal en el 83, su trabajo en las comunidades de la Chontalpa, su adhesión al Frente Democrático Nacional en 1987. Su candidatura al gobierno de Tabasco por parte del Frente Democrático Nacional en 1988. Creo que Andrés Manuel López Obrador fue el único candidato a una elección local, en 1988, bajo las siglas del Frente Democrático Nacional.

Y, bueno, más tarde de su trabajo como líder regional en Tabasco en 88 a 95 donde tuvo que enfrentar una de las oligarquías regionales más rigurosas de México encabezada entre otros políticos corruptos como Roberto Madrazo, y por empresarios profundamente corruptos, incluso lavadores de dinero, pues esa entidad en esos años fue un verdadero laboratorio de la corrupción en nuestro país. Me refiero a Carlos Cabal Peniche.

Líder regional de Tabasco, fue propuesto López Obrador en 1990 quien declinó por la presidencia del CEN del PRD. Años más tarde, en función de su lucha, encabezó el Éxodo por la Democracia a finales de 1991, principios del 92, cuando llegó al Zócalo de la ciudad de México y fue, como lo describe este texto, la primera ocasión que López Obrador llenó la Plaza de la Constitución en México.

De esta manera, sin proponérselo, el libro nos plantea como idea central cuál podría ser el planteamiento central futuro del país. Y es la reflexión de cuál es el papel que tienen tanto los pueblos como los hombres en los procesos históricos.

El marxismo tradicional sostenía que el papel fundamental del devenir de los acontecimientos es el de las grandes fuerzas populares. La historia no es más que la expresión de la lucha de clases. Para decirlo con expresión del mismo Altusser son las masas las que hacen la historia.

…pretendido que el papel fundamental en el curso de la historia la tienen los individuos. Hoy sabemos: los grandes procesos históricos se han producido porque el pueblo decidió, e intelectuales y dirigentes políticos surgidos de estos pueblos que actúan en profunda integración con éstos y aceleran así el cambio de la historia.

La Revolución de Independencia no hubiera sido posible sin el pueblo insurgente, pero tampoco sin la acción decidida de cargo de Morelos o de Guerrero; como tampoco es entendible la Revolución Mexicana sin Flores Magón, sin Madero, sin Zapata o sin Villa.

El momento actual, por lo tanto, es similar en la historia de México, y por eso tienen tanto temor los miembros de la oligarquía económica y política y el gobierno espurio, y pelele de Felipe Calderón que han advertido que los destinos de la nación tendrían un cambio radical de llegar Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, porque hay hoy en día un pueblo en movimiento, el pueblo está manifestándose en todos los rincones del país y que existe por mucho que busquen ocultarlo Televisa o Televisión Azteca y los demás medios masivos de comunicación.

El tiempo que disponemos para esta presentación es muy breve y por lo tanto no podríamos comentar todos los aspectos ricos que aparecen en este texto.

El caso de Andrés Manuel López Obrador es sin lugar a duda excepcional, porque en el transcurso de los años, su participación social y política lo ha conducido a posiciones cada vez más cercanas a los intereses nacionales. Esta trayectoria y esta función de López Obrador aparece muy bien descrita en este texto y es producto de su evolución y de un del diálogo permanente del dirigente con su pueblo, de una actitud de dar una rendición de cuentas en todo momento, el producto de una voluntad del dirigente político, defendiendo cada más cuáles son las inquietudes de la gente.

En una de las primeras páginas del libro, Martí Batres nos recuerda que López Obrador decía en el inicio de su carrera a sus colaboradores y a sus simpatizantes de ir abajo y buscar establecer un diálogo, no con los hombres del poder, ni los empresarios o la clase política, sino con la gente y por el pueblo.

Es así como se logró impulsar y formar este enorme movimiento social y popular, que hoy es un movimiento personal en defensa del petróleo, de la soberanía nacional y de la economía popular; un movimiento que se expresó a lo largo y ancho del país el año pasado, buscando impedir que los grupos oligárquicos se integren como puntas de lanza al PAN y al PRI, que son las dos caras de la misma moneda, privatizaran la industria petrolera de México. Porque después de un enorme esfuerzo de movilización no se logró parar del todo la contrarreforma petrolera; si se logró frenarla hasta el máximo.

Todos recordamos cómo cuando estaban a punto los senadores de aprobar aquel texto y muchos intelectuales se equivocaron y creyeron tener que ceder un poco en esos terrenos, la gente les respondió: no hay que ceder absolutamente nada. En una convocatoria del pueblo como un referéndum López Obrador acató la voluntad popular y decidió que no había que respaldar esta contrarreforma. Y en efecto el movimiento sigue, y las amenazas sobre los recursos estratégicos de la nación siguen adelante.

López Obrador entendió que la movilización popular es fundamental para poder dialogar con los adversarios y es la única oportunidad que hay para poder enfrentar al poder económico; es también el poder de los medios masivos de comunicación. López Obrador entendió que la movilización popular es fundamental para poder dialogar con los adversarios, y es la única oportunidad que hay para poder enfrentar al poder económico y al poder de los medios masivos de comunicación.

México está enfrentando aún una profunda disyuntiva, de lo que se trata es de entregar por completo la nación a las fuerzas trasnacionales, desmantelar por completo al Estado mexicano o, como lo propone el movimiento: enfrentar con la razón y con la historia en la mano, este momento de coyuntura y lograr que México se pueda rescatar a sí mismo.

López Obrador tiene, indudablemente como hombre, enormes virtudes y posiblemente también, como lo apunta Martí Batres, los defectos que cualquier hombre, pero tiene hoy una enorme confianza popular, porque la gente ha visto en él a un dirigente honesto, congruente y sobre todo que no transa, no claudica.

Martí Batres recuerda en el texto (aplausos, inaudible) cómo con el apoyo popular … (inaudible) y que no han sabido responderle a los mexicanos en la hora crucial. La historia mexicana está llena de claudicaciones, de confrontaciones y traiciones como mexicanos. Hoy el pueblo sabe que uno de sus más preciados y fieles es la figura de López Obrador. Por esto lo defiende y por esto también lo impulsa a que siga adelante, a que adopte cada vez más posiciones más congruentes con los reclamos populares, que se enfrente a los poderes fácticos, al gobierno usurpador de Calderón, porque hay un pueblo que está llenando en las ciudades, las plazas de la República cada vez que es convocado, porque hay un pueblo que está ya organizado, que está dispuesto a encontrar, en un proyecto nacional, una respuesta a los poderes trasnacionales.

Habría que terminar diciendo que con Andrés Manuel López Obrador no hay un movimiento regresivo como piensan los poderes fácticos. Al contrario, con este movimiento México se hermana con el quehacer de América Latina y está sonando en la misma obra que Ecuador, que Bolivia, que Paraguay, que Venezuela, que Cuba y en todos los rincones de América Latina, donde hay pueblos dispuestos a buscar un proyecto nacional en contra de este fracasado modelo neoliberal.

En fin, es un libro de mucha lectura, mucha reflexión. Yo felicito cordialmente a Martí por haberlo escrito y a los editores por haberlo puesto en circulación. Estoy seguro que es un libro que acompañará al movimiento que viene, porque lo que nos depara en la historia de México, en el futuro inmediato, son seguramente los momentos más brillantes y gloriosos de la historia. Muchas gracias.

Palabras del doctor Enrique Dussel.

Muchas gracias por la invitación, al autor y al editor por este pequeño gran texto.

Yo quisiera hacer una reflexión para situarnos. En el siglo XX, ya pasó, la izquierda en general es un grupo que estuvo en la oposición y por lo tanto hacía la critica a lo establecido, a las instituciones, al sistema económico capitalista, a los gobiernos abiertos, políticos neoliberales; pero era más fácil criticar que pasar al ejercicio del poder.

Y por otra parte las grandes revoluciones socialistas de la historia, la revolución social de 1917, al tomar el poder se olvidaban de su posición de la dictadura del proletariado. Se pasaba al ejercicio del poder político, de tal manera, que un tanto se permanecía en la política y se pasaba directamente a la administración, es decir, no había una política de una oposición real que se le agregara, para que por su presencia pudieran irse madurando sus funciones. Ya eran hegemónicas.

En América Latina se ha dado, sí, cierto grupo o ciertas revoluciones que han ido madurando una experiencia profunda distinta. Desde la cubana en 59, donde fue un poco, si me permiten, el corte tradicional de las revoluciones de socialismo mundial, a la del 70 que ya en Chile fue una revolución democrática electoral; a la del 79 en el Sandinismo que tuvo enorme cantidad de novedades, tales como la información del imaginario cultural de la revolución y notables avances teófilos; hasta la violenta, parcial del indigenismo zapatismo en el 94.

Estas grandes revoluciones son de izquierda, pero al mismo tiempo se ha dado otro proceso, que yo no pienso que es también revolucionario pero de maduración más lenta. Estas revoluciones son más recientes. En 1999, el comienzo de una transformación muy profunda de la revolución bolivariana de Venezuela, donde el gobierno acaba de ganar una última referendo, de lo que se significa el Séptimo, y perdió, lo cual significó un proceso democrático no conocido por la izquierda en el pasado. Pero después, la caída de la sangre y las dictaduras y los gobiernos neoliberales, por ejemplo, la subida de Kischner después de la rebelión popular en Argentina; la subida al poder metalúrgico que perdió dos elecciones, por tanto no hay que desanimarse de perder una o dos elecciones, de Lula que de ser elegido lo sería por tercera vez; no hay nadie que se le oponga en Brasil. Es decir, no son revoluciones de tipo tradicional, sino que se es un nuevo fenómeno.

Qué decir de Tabaré Vázquez en Uruguay que es de izquierda aún con la socialdemocracia pero que no es la pinochetista; Michel Bachelet, Evo Morales en Bolivia; Rafael Correa en el 2007 en Ecuador. Voy a decir, en América Latina estamos viendo un proceso que exige un buen motivo de liderazgo.

Y yo también quería decir que en general, en la izquierda, nunca se discutió con profundidad el tema del liderazgo, sin embargo, por pura curiosidad si revisamos lo que ocurrió en la antigua Rusia, Mao, en China, Ho Chi Minh, Fidel Castro. Es decir son nombres que indican que no ha habido ninguna revolución sin liderazgo y sin embargo no saben plantearse el tema y sentimos cierto miedo. Es importante reconocer el liderazgo dentro de la democracia y por eso es que este libro se encuadra dentro de esta nueva tarea latinoamericana. De una maduración lenta y a largo plazo de las masas populares que comienzan a tornarse en agentes y actores de la política. Y digo América Latina aunque México y Colombia son como los vagones de cola de un tren de lo que requieren los latinoamericanos.

Por eso es que un libro sobre las claves de la política nos indica algo muy interesante. Yo diría que más que claves en plural, me gustaría ponerle La Clave en singular, porque todo libro, en el fondo, está repensado sobre un punto y me parece justamente que ese punto, quiero recalcarlo, a lo largo de esta pequeña gran obra. El primero es, como dice AMLO, el poder está en la gente. Para el gran líder, el poder que está a la gente. Ustedes no se dan cuenta quizás, o pueden decir que es una definición distinta de poder; porque en general por la modernidad y aún en la izquierda tradicional, o el poder estaba en el partido o en el comité central o el poder se ejerce desde el Estado. Pero pensar en el poder tiene como única sede, soberana, a la gente, es decir al pueblo, es una tesis política fuerte. El que manda ejerce el poder delegadamente el poder de la gente. Entonces si el poder está en la gente hay que referirse a ella como el último interlocutor que tenemos siempre y darse cuenta que esto es verdaderamente revolucionario.

Desde sus 26 años, AMLO, muy joven, piensen ustedes aún en el PRI hace esta referencia que es como regla general… pero para mí es fundamental, era todavía un niño, pero se dio cuenta que había que estar con la gente, cambiar el esquema.

Entonces pasó cinco años se junto con la gente. Esto es importante. Si el político no ensucia sus botas para estar con la gente no puede tener conciencia de lo que está representando. No lo digo solamente para un líder, sino lo digo para todo miembro y lo digo para todo partido. Un dirigente de izquierda, aún en los partidos de izquierda que solamente sea oficinistas, que están buscando candidaturas, le surge esta confusión. Si no se rodea para la elección con la gente y hablando con un lenguaje que signifique una esperanza para ellos. Lo que llama la atención a veces es que están como distraídos, como que están visitando los municipios del país sin darse cuenta de ello. Por eso López Obrador mostró lo que había que hacer siempre y no ha dejado de hacer. Bueno, para mantenerse visto en la política, teniendo el contacto con el pueblo. De esa manera, cuando en 1988 ya se distinguía, el mismo Cuauhtémoc Cárdenas y los dirigentes del partido naciente lo fueron a visitar a Tabasco. Y es interesante la descripción que hace Martí Batres de ese acontecimiento. Luego del fraude electoral de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas y el equipo de dirigentes se fueron a visitarlo y le ofrecieron la gubernatura, pero como diciéndole “vas a ser el prócimo gobernador de Tabasco”. AMLO aceptó y sin dinero, sin medios, sin partido, se fue a pueblo para construir una gran fuerza desde cero. De una fuerza política que apenas fondeaba el 10 por ciento de la votación, edificó una hazaña. Y luego de la crisis que tuvo el partido, fue el punto de apoyo para el resurgimiento del mismo.

Es decir, se pueden hacer las cosas yendo a la base, pero habría que hacerlo con una paciencia y una tozudez ejemplar, evitando la corrupción del régimen de entonces. De la necesida de hacer las cosas diferentes, fue así como se partió de aquella caminata enorme que empezó el 20 de noviembre de 1991 y que llegó el 11 de enero de 1992 para abarrotar el Zócalo con los ciudadanos que lo acompañaron desde Tabasco. Era una movilización popular que caminaba que se respetaran sus derechos, sin violencia, pero haciéndole conciencia para un trabajo a futuro.

Hasta ahora ya ha llenado 32 veces el Zócalo. Han sido 32 y el autor, Martí Batres, describiendo uno por uno esos 32, que si bien no son muchos, a través de los años, donde la gente hemos ido a las reuniones del Zócalo y entonces se puede ver desde el 29 de junio de 1997, se pasa al 5 de mayo de 2000. En las páginas subsecuentes los va describiendo uno por uno hasta llegar al 18 de septiembre de 2008.

Qué se imaginó ya, desde el comienzo, cuando dijo primero aquella consigna de “Para el Bien Todos, Primero los Pobres”. Por cierto esta es una consigna muy antigua. Tiene 3 mil 800 años, está en el Código de Hamurabi, en Babilonia: “He hecho justicia con los pobres”; y esto es fundamental porque aquellas son las víctimas de lo que el sistema ha defendido. México tiene más del 50 por ciento de su población bajo la línea de la pobreza. Así es que “primero los pobres” es simplemente decir que primero hay que atender a la gran mayoría mexicana y quitarla de la pobreza.

No sólo es un método de ir a la base y mantenerse, sino que hay que nutrirse y seguir alimentándose de la presencia, del rostro de la gente para ver qué te dice. Y entonces su propia imagen se fortalece ante la sonrisa y la exigencia de la gente pobre, de la gente del pueblo. Pero al mismo tiempo es una ideología porque no es dentro de la ideología tradicional de la Izquierda que tenía claro darnos dogma y formación científica, sino que se hace mucho más comprensible y se nutre de la historia de México, y parte de la … nacional. Por eso que es un dirigente político que no sale del país. No ha salido prácticamente nunca, pues está siempre pendiente de lo que falta a la gente. Es decir, se está nutriendo desde abajo.

Me alegra que gente como Martí Batres, que son los políticos en el ejercicio del poder, escriba este pequeño pero gran libro, que se le muy rápido y que invita a una buena reflexión.

Palabras de Martí Batres

Buenos muchas gracias a todos por su asistencia. Voy a hablar poco porque para empezar lo fundamental en estas presentaciones es escuchar a los presentadores. Lo que uno tiene que decir está en el texto, está en el libro, pero aquí importa sobre manera la reflexión crítica que se pueda realizar de parte de los presentadores.

Les agradezco infinitamente al doctor Luis Javier Garrido y al doctor Dussel su participación. Son dos destacados intelectuales, no sólo prestigiados académicamente, sino por sus posturas, no sólo por su fervor teórico, políticas, posturas de independencias frente al poder. No se fácil que eso suceda. Mi reconocimiento y mi agradecimiento.

Quiero saludar también a la compañera viuda de Valentín Campa, que nos acompaña el día de hoy, y bueno a todos ustedes que se han tomado su tiempo para estar aquí.

Hay cuestiones que en efecto el libro no dice explícitamente, pero que forman parte de su resultado analítico. Hay una tesis implícita en mi libro y esa tesis implícita es que no se puede construir el poder político de la misma manera, desde un proyecto de Derecha que desde un proyecto de Izquierda, implica una vía completamente distinta. Lo digo ahora que nos quieren envolver, impregnar con estos cursos de gerencia política, N diplomados de marketing político, gerencia política, donde se dan estribillos, recetas de cómo deben comportarse los políticos, y se pone el acento en una suerte de elementos de imagen personal y la sustancia queda desplazada. Se piensa que se puede llegar al poder igual, independientemente de la ideología y programa que se profese siguiendo estos cursillos, lo cual es completamente falso.

Para llegar al poder con un planteamiento democrático, popular, nacional, se requiere una vía diferente del planteamiento dominante en la mercadología política.

Bueno, yo me remonto todavía más lejos. Aquí se han hecho algunas referencias históricas, no hasta Hammurabi, pero comento una serie de citas de Maquiavelo, en el libro El Príncipe, obra fundadora de la ciencia política, que dice “El Príncipe que llega al poder con el apoyo de los nobles no se puede comportar igual que el que llega al poder con el apoyo del pueblo. Cuando un príncipe llega al poder con el apoyo del pueblo, nunca tendrá que preocuparse por conspiraciones. Cuando un príncipe llega al poder con el apoyo de los nobles siempre tendrá que construir murallas para protegerse”.

Es decir, es lo que estoy diciendo cuando se llega al poder con el apoyo del pueblo, se puede desarrollar un programa popular. Cuando se llega al poder con el apoyo de los nobles, lo que hoy son las grandes élites económicas, no se puede desarrollar un programa de profundidad, de transformación, de raigambre popular, nacional y social.

Entonces, me parece que esto es lo más importante que yo quisiera que nos pudiéramos llevar cada quien. Si estamos comprometidos con un proyecto, con una idea, con la idea de equidad, equidad, equidad global, de equidad en el país, equidad social. Si nuestra lucha es por la igualdad en todos los órdenes entonces en la manera que construyamos ese camino al poder tendrá que ser diferente, tendrá que ser distinta porque de otra forma llegaríamos a ser exactamente lo mismo que están haciendo los que actualmente se encuentran en el poder. Ese es el elemento fundamental.

La política se puede hacer de una manera diferente, eso es lo que decimos en el libro y es lo que nos dice la experiencia de López Obrador.

¿Cuánto tiempo invierten los políticos en sus reuniones con otros políticos y cuánto tiempo invierten en ir a sus distritos, en ir a sus regiones, en ir con la gente? Ahí se encuentra la diferencia para determinar qué intereses defiende cada quien.

Cuando hablamos de pueblo en esta obra, porque obviamente puede haber muchas acepciones a determinados términos, hablamos de los desamparados, de los desposeídos para decirlo con mayor rigor, de los que no tienen intereses económicos creados que los lleven a conservar un estatus quo.

Ese es el pueblo la gente común, esa es la que puede transformar porque no tiene algo que conservar. El conservadorismo no es el tradicionalismo; el conservadurismo es esa actitud de mantener las estructuras de estatus quo, las diferencias, las jerarquías, y negarse una transformación que nos haga más parejos, más iguales. Por eso nuestra gran lucha es por la igualdad.

El libro es un debate también por una parte de la izquierda del movimiento. Es un debate que pretende ubicar cuál es el camino que ha sido útil, el camino que ha dado resultados. Cuando nos dicen para ganar el electorado, hay que moverse al centro, revisamos nuestra experiencia y cuando nos movemos al centro vemos que perdemos el voto de la gente.

Me decía el doctor Dussel, poquito antes de empezar, es que sin la propaganda del partido de izquierda se leen cosas que son casi iguales a las de los partidos de derecha, la gente no va a notar la diferencia. Si no hay diferencia, el elector va a votar por el que esté en el poder. Si hay tres partidos iguales y dicen lo mismo, pues votará por el que está en el poder, eso es lo más práctico para el elector, para el votante.

Cuando se encuentra uno en la oposición y en la oposición de izquierda, la única manera de jalar la atención, de convocar fuertemente, es ser distinto a quien se encuentra en el poder y es la única manera de representar una esperanza electoral de transformación. Eso es lo que señalamos.

Las claves están analizadas a lo largo del libro. Es cierto es una clave, la clave es el pueblo, la clave es la gente, pero se van desglosando: la gente como la calificadora de los líderes, la gente como fuente de legitimidad, la gente como la que hace la historia, la gente como el sujeto de transformación, la gente como el poder político mismo en nuestra perspectiva; la gente incluso como la que nos debe decir quién debe ser candidato, quien no; la gente como el factor fundamental de un proyecto como el que nosotros queremos impulsar. Esa es nuestra referencia, nuestra base, nuestro gran sujeto político transformador.

Para terminar, diría, hemos tenido toda esta experiencia colectiva y yo trato de entresacar algunos elementos. Una parte que me llama mucho la atención de López Obrador es cómo siempre traza una estrategia para ir abajo. Luego, otro elemento fundamental es siempre hace referencia a nuestra historia: Cárdenas, Juárez, Morelos. Por ello Los Sentimiento de la Nación. Dice Andrés Manuel: Soy juarista en lo político; cardenista en lo social. Otro elemento fundamental es que la estructura del discurso es lo social.

Luego, yo he oído discursos que dicen hay que repensar el diseño institucional del Estado. No me imagino yendo a una colonia a decir eso, porque la gente me va a decir: “sí ándale adiós”. Es decir, en el discurso político de López Obrador lo que está presente es lo que le interesa a la gente común: el trabajo, el salario, el empleo, la carestía. Esos problemas que son los problemas de la gente y la comunicación sencilla, directa, clara.

A la gente cuando se le habla de una manera complicada es que realmente no hay algo que se le tenga que decir. Quien tiene que decirle algo útil a la población lo dirá siempre en términos sencillos, claros, contundentes. No hay que privatizar el petróleo, no hay que permitir el IVA en medicinas y alimentos; hay que defender nuestra soberanía alimentaria. Esas son palabras claras y son las más profundas.

Me gustaría subrayar que el libro, es un libro para la militancia, es el libro para el debate político ideológico, es un libro para los jóvenes que han decidido incursionar en la acción política en nuestro tiempo y es un libro para quienes quieren transformar a nuestro país. Ojalá sea útil para todas y todos ustedes.

Mi gratitud para todos, compañeras y compañeros.